Macroeconomía I

"¡Bienvenidos! El blog que se presenta a continuación esta destinado a la exposición de la teoría de la elección intertemporal enfocado a través de la visión de dos alumnas de segundo del grado en economía por la Universidad de Sevilla."

sábado, 7 de enero de 2012

INTRODUCCIÓN

Los hogares pueden destinar su renta disponible a consumo actual o al ahorro. Es decir, consideramos una determinada cantidad para consumir y otra para ahorrar  teniendo en cuenta el presente y el futuro simultáneamente. De aquí la frase “Cuanto más consumas hoy, menos podrás consumir mañana”.

Distinguimos pues dos tipos de ahorros: el ahorro positivo que es un procedimiento por el cual los hogares pueden reasignar sus recursos intemporalmente y trasferir renta presente al futuro, y, en contradicción a éste, tenemos el ahorro negativo, que es el procedimiento  inverso, es decir, los hogares pueden transferir renta futura hacia el presente. Ésta es una de las principales razones por las cuales los hogares deciden ahorrar y no gastar toda su renta en bienes de consumo.

 Destacamos en este punto la figura de Fisher, quien desarrolló el modelo a través del cual los economistas analizan las decisiones intertemporales de los consumidores racionales y previsores.


LA RESTRICCIÓN PRESUPUESTARIA INTERTEMPORAL

A continuación se analizan las restricciones a las que se enfrentan los individuos en la elección intertemporal de recursos. Como hemos comentado en la introducción, los individuos en cada momento del tiempo disponen de una determinada cantidad de recursos, entre los que deciden cuales ahorrar y cuales consumir. Esa decisión es la que hace que los consumidores se enfrenten a la llamada restricción presupuestaria intertemporal, la cual valora los recursos totales disponibles para consumir actualmente y en el futuro.

Ahora analizamos la decisión de un consumidor en dos momentos del tiempo, en su juventud y en su vejez:

En el periodo correspondiente a la juventud del consumidor, éste presenta una renta Y y un consumo C1; de forma que para el segundo periodo (el de la vejez) obtendría una renta Y2 y un consumo C2. Un detalle importante es que el consumidor tiene la posibilidad de pedir préstamos y ahorrar, con lo cual, el consumo de un periodo podría ser menor al otro. Ese ahorro o préstamo lo denotamos con la letra S.

En el primer  periodo observamos que el ahorro es igual a la renta menos el consumo:                                   
                                                  S= Y1-C1 

pero en el segundo periodo, observamos que el ahorro es igual a la diferencia entre el consumo y la renta partido del tipo de interés real (r): 
                                
                                     S= (C2-Y2)/(1 + r)

De aquí despejamos el consumo y obtenemos:  

                                            C2= (1+r)S + Y2

Observando estas ecuaciones podemos intuir que si el consumidor en su etapa de juventud presenta un C1  menor que Y1 está ahorrando. Análogamente podríamos  exponer el caso contrario.

Para hallar la restricción presupuestaria de ese consumidor, combinamos las dos ecuaciones de manera que nos quedaría la siguiente: 

C2= (1+r)(Y–C1) + Y2

Operando con  la ecuación anterior obtenemos la siguiente ecuación final:

La interpretamos de la siguiente manera: 

si el tipo de interés es 0, la restricción presupuestaria muestra que el consumo total de ambos periodos es igual a la renta total de éstos. Otro caso importante es en el que el tipo de interés sea mayor que 0, el consumo y la renta futura se descuentan en un factor (1+r), ésto se debe a los intereses generados por los ahorros. Como el consumidor percibe unos intereses por la renta actual que ahorra, estimamos que la renta actual es mayor que la futura. Asimismo como el consumo se paga con ahorros que a su vez éstos han generado intereses, el consumo futuro vale más que el actual.  

De igual forma definimos que el factor 1/ (1+r) es la cantidad de consumo del primer periodo que debe renunciar el consumidor en el segundo periodo para obtener una unidad de consumo.


LAS PREFERENCIAS DE LOS CONSUMIDORES

Las curvas de indiferencia muestran las preferencias de los consumidores en lo que se refiere al consumo. Una curva de indiferencia es el conjunto de combinaciones de dos bienes, con los cuales un individuo obtiene el mismo nivel de utilidad, es decir, dado un cierto nivel de consumo, el usuario es indiferente en ubicarse en cualquiera de los puntos.


En la gráfica representada vemos expresadas las distintas combinaciones para un mismo consumidor que le
proporcionan idéntica utilidad, es decir, elegir el punto A, B O C es indiferente para él puesto que todas se encuentran en la misma curva. Por ejemplo, si pasamos el punto C al B, la cantidad consumida en el primer periodo disminuye mientras se experimenta un crecimiento de la adquirida en el segundo, equilibrándose así la utilidad alcanzada por el consumidor.

Observamos a su vez que la pendiente de esta curva es negativa. Ésta muestra la cantidad exigible a consumir por el consumidor en el segundo periodo para compensar el decrecimiento de una unidad en el primer periodo (el usuario está dispuesto a sustituir consumo del primer periodo de consumo por el segundo). Esta pendiente recibe el nombre de relación marginal de sustitución.


El consumidor siente la misma utilidad en los puntos de una misma curva, pero prefiere unas curvas de indiferencia a otras. Puestos a elegir, nos decantamos por consumir más que tener que consumir menos, por lo que el usuario se inclinará por aquellas curvas más alejadas del origen. En la gráfica podemos ver representado que los punto de la IS2 se anteponen a los ofrecidos por la IS1.

OPTIMIZACIÓN

Una vez analizadas tanto las restricciones del consumidor acerca de los recursos destinados al ahorro y al consumo como sus preferencias, estamos preparados para adentrarnos en el análisis de la cantidad que el usuario desea consumir en cada periodo. 

Al consumidor le gustaría acabar teniendo la mejor combinación posible de recursos en ambos periodos (juventud y vejez) buscando pues la maximización de su utilidad. Gráficamente observamos que un recurso presenta mayor utilidad cuando su curva de indiferencia está más alejada del origen. Aquí, es donde interviene la recta de restricción presupuestariala cual mide los recursos presupuestarios totales disponibles para el consumidor, obligándole a situarse por debajo o sobre ella.





En esta gráfica observamos que son diversas curvas de indiferencia las que cortan a la recta presupuestaria. En la curva de indiferencia más alejada del origen (IS4) se localiza el llamado "óptimo del consumidor", lugar en el que la pendiente de la curva de indiferencia coincide con la pendiente de la recta presupuestaria, siendo la curva tangente a la recta. La pendiente de la primera es la RMS (relación marginal de sustitución) y la de la recta presupuestaria es 1 (más el tipo de interés). Entonces podemos intuir que en el punto 0:

                                         RMS = 1+r

Siendo r el tipo de interés.

EL CONSUMO ANTES LAS VARIACIONES DEL TIPO DE INTERÉS

En esta entrada haremos referencia al modelo de Fisher, en el cual se distinguen dos casos: el primero, donde el consumidor  ahorra y en el segundo cuando pide un préstamo.






En esta ilustración gráfica observamos como una subida del tipo de interés real hace girar la recta presupuestaria del consumidor alrededor del punto (Y1, Y2) produciéndose una alteración en el consumo en los dos periodos en cuanto a cantidad se trata. Aquí el consumidor se traslada del punto A al B y notamos, gracias a las curvas de indiferencia, la disminución de la cantidad consumida en el primer periodo en contraste con el aumento del segundo.


El aumento de ese tipo de interés se explica mediante dos efectos: el efecto renta y el efecto sustitución.




- El efecto renta es aquella variación que experimenta el consumo cuando éste se traslada a una curva de indiferencia con mayor utilidad, es decir, más alejada del origen. Esto es así, porque el consumidor es un ahorrador y la subida del tipo de interés mejora su bienestar. Este efecto en concreto, lleva al consumidor a querer consumir más en los dos periodos.


El efecto sustitución es la variación que experimenta el consumo cuando se produce una alteración en el precio en los dos periodos. En este efecto, el tipo de interés real que ha generado el ahorro es mayor, por ello el consumidor debe renunciar a un menor consumo en el primer periodo para conseguir una unidad más de consumo en el segundo.

RESTRICCIONES CREDITICIAS

 El modelo de Fisher supone que el consumidor puede pedir préstamos y ahorrar. El fin de pedir préstamos es que el consumo actual supere a la renta actual. Es decir, cuando el usuario pide un crédito consume “hoy” parte de su renta futura, pero, muchas personas “ no tienen esa posibilidad “ de solicitar una prestación debido a diversos motivos. En estas ocasiones, el consumo actual imposibilita que sea mayor que la renta actual, quedando la restricción crediticia de la siguiente forma:



C1 ≤ Y1

Esta desigualdad constituye que el consumo del primer periodo es menor o igual que la renta de ese mismo. A ésto se le denomina restricción crediticia o en ocasiones restricción de liquidez. Esta limitación reduce las decisiones de los consumidores, las cuales deben satisfacer  tanto la restricción presupuestaria intertemporal como la restricción crediticia. En la gráfica, la zona sombreada representa las combinaciones de bienes tanto del primer como del segundo periodo que satisfacen esas restricciones.



Por todo esto llegamos a la conclusión de que existen dos funciones de consumo: 
(1) para algunos consumidores, la restricción crediticia no es de vital importancia y el consumo de ambos periodos depende del valor actual de la renta percibida durante toda su vida : Y1 + ( Y2/(1+r) ).
(2)Para otros, sí es de gran importancia, por tanto, la función de consumo es C1= Y1  y   C2= Y



 “ Por lo tanto, a los consumidores a los que le gustaría obtener un préstamo pero no pueden lograrlo, el consumo depende solamente de su renta actual”



EL CONSUMO ANTE LAS VARIACIONES DE LA RENTA

En este apartado vamos a estudiar las respuestas de los consumidores ante posibles cambios en la renta, primordialmente, un aumento de ésta. Para realizarlo nos apoyaremos en el estudio de la siguiente gráfica:



En ella observamos que un aumento de la renta del primer periodo o del segundo, desplaza la restricción presupuestaria hacia afuera. Un detalle fundamental que tenemos en cuenta es que la restricción más alta permite alcanzar una curva de indiferencia más elevada, es decir, elige una combinación más óptima de consumo tanto en el primer como en el segundo periodo, haciendo crecer su utilidad.
Distinguimos aquí el bien normal, el cual se da en aquellos consumidores que quieren tener una mayor cantidad de éste al aumentar su renta. Como este tipo de bien es el que se da con más frecuencia y es más comprensible es el que se ha  representado en la gráfica.

Dejando atrás todo lo anterior y volviéndonos a centrar en el aumento de la renta, atendemos que esta dilatación se divide entre los dos periodos correspondientes del consumidor. Éste hecho se califica como alisamiento del consumidor. Así pues, como el usuario puede pedir y prestar dinero en diferentes etapas de su vida, el aumento de la renta no trasciende en el cálculo de la cantidad consumida hoy.

La conclusión extraída es que el consumo es una variable dependiente del valor actual de la renta de hoy y del mañana. Se calcula de la siguiente forma: